En Revilla, hoy pedanía de Lerma, el número de casas es similar al número de bodegas, lo que da cuenta de la importancia de la viticultura en este pequeño pueblo de Castilla, donde son frecuentes las hexapétalas en los dinteles para la protección contra el mal de ojo.
Cuento hasta cinco lagares todavía con buena traza, en uno de ellos figura una inscripción muy interesante para conocer la época de construcción de los mismos: AVE MARYA (otro rasgo de protección) AÑO DE 1762.
El conjunto de bodegas, con orientación hacia el norte, se encuentra a los pies de la iglesia de Santa Elena, de intrigante portada románica, que nos da cuenta de la temprana repoblación de la zona. El gentilicio del lugar es el de "machuchos".
El paraje bodeguero es encantador, aunque una construcción a medio terminar desde hace décadas nos recuerda que el feísmo no solo es propio de Galicia.
Rescato a continuación una noticia de la hemeroteca digital, donde se da cuenta de la importancia de la vid en estos pagos y su comercialización, con fecha 23 de octubre de 1885, por tanto prefiloxérica: "La vendimia, que puede darse por terminada en esta villa [de Lerma], en donde no ha sido más que regular, ha sido abundante en Revilla Cabriada, Quintanilla de la Mata y Villalmanzo. Hemos tenido aquí varios compradores de vino y se han llevado a Pradoluengo y a Santo Domingo de la Calzada varias cubas de claro a 18 y 19 reales cántaro. Los de Santo Domingo volvieron a mandar esta semana una comunicación, pero se retiró porque los tenedores no quisieron cederlo a menos de 20 reales. Hoy, pues, no hay en ésta más movimiento que lo que produce el consumo de la población. En bodega aún quedan existencias." Pues menos mal...
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