Las mutualidades escolares se regularon por
R.D. de 7 de julio de 1911, hace más de cien años, para inculcar y difundir la
previsión popular, -el ahorro- en las etapas iniciales de la vida. Las
autoridades del Ministerio de Educación (entonces Ministerio de Instrucción
Pública) buscaban «advertir a los niños de la importancia de no dejarse seducir
por los halagos, sino proceder conforme a los cálculos aritméticos». En la
retórica de la época, el ahorro no se presentaba como una virtud, sino como «un
semillero de virtudes». La idea es que los niños hicieran unas aportaciones de
unos diez céntimos semanales, para capitalizar dichos ahorros y disponer de
ellos a la edad de 20 ó 25 años, cuando «de verdad hacen falta para la vida»;
también los propios niños llevaban los libros de cuentas para evitar gastos a
las propias mutualidades.
Antecedentes de las Cajas de Ahorro, cada
pueblo tenía su Mutualidad, y los nombres variaban según las regiones, en
Castilla por norma general los nombres no eran demasiado imaginativos, solían
referirse al patrón o patrona de la localidad, sin embargo encontramos una
notable precisamente en Pedrosa, cuya mutualidad –que debía inscribirse en 1921
en el Registro especial del Ministerio- lleva por nombre «Hormiguero Infantil», una denominación muy similar a la de
Villarreal de Álava, «Hormiguita Previsora», aunque poco común y que emociona
solo de leerlo, y pensar en esos niños (o más bien en sus padres) ahorrando
unos céntimos en aquella época de miseria y emigración forzosa a América, en la
que ni siquiera existía la Seguridad Social.
Las Mutualidades se expandieron sobre todo
por Levante y Cataluña (no así por Galicia), donde encontramos nombres tan
evocadores como «La Virtud del Ahorro» a la mutualidad de Villalba de los Arcos
(Tarragona); «La Cajita Dorada» en Rabós (Gerona); «La Hucha de San Jorge», en
Cedó (Lérida); «La Bolsita de San Antonio» en Ribas de Fresser (Gerona); «El
Grano de Mostaza» en Maspujols (Tarragona); «La Precavida Niñez» en Naves,
Asturias; «Hucha Escolar» en Viso del Marqués (Ciudad Real) o «La Economía
Infantil» en Torres del Obispo (Huesca). La lista sería interminable, aunque
llaman la atención algunos nombres patrióticos de mutualidades vascas, como
«Viva España» de Orio (Guipúzcoa) o «Soy Español» de Mundaca (Vizcaya). También
hay nombres dedicados a benefactores y alcaldes; me encanta el de la mutualidad
de la minúscula población de Llusá, en Lérida, «La Argentinita», probablemente
dedicado a la mejor bailaora de flamenco de la época, hija de inmigrantes
españoles en Argentina, de ahí su apodo.
Las Escuelas mixtas de Pedrosa, que hoy hacen
la función de Ayuntamiento, se debieron inaugurar en el curso 1933/34. En el
Diario de Burgos de 18/07/1933 se recoge una agria denuncia firmada por Marbet
(corresponsal en Castrojeriz) donde se declara que las obras del grupo escolar
se iniciaron en 1929, pero que a dicha fecha aún «los niños tienen que
hacinarse en locales indecorosos, en los que toda incomodidad tiene su asiento
y a los que la Higiene y la Pedagogía tienen que rechazar enérgicamente». En
efecto, el proyecto para la construcción de nueva planta para escuelas
unitarias, había sido aprobado en octubre de 1928 con un presupuesto de 79.998
pesetas, de las que el Estado subvencionaba el 75%. Por lo tanto, el edificio
de las Escuelas pertenece a la arquitectura de la Belle Époque, y pronto cumplirá su centenario.
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