Cótar y Villafría



Cótar siempre fue un agregado de Villafría, aunque primero la capital burgalesa se agregó Villafría (en 1969), y a continuación lo hizo Cótar, en 1985. Entonces, sus vecinos se quejaban de que «habían regalado el pueblo a Burgos»; en aquellos tiempos Cótar contaba con sesenta habitantes, hoy quedan 23 censados.

Las crónicas burgenses citan que el mes de febrero de 1658 fue pródigo en grandes hielos, pereciendo a consecuencia de ello muchos pobres. También amanecieron heladas dos vecinas de Cótar, «que habían salido la tarde antes de esta ciudad [de Burgos] para sus casas». La distancia aproximada del centro de la capital a Cótar es de unos doce kilómetros, dos horas a buen paso. También en Cótar se fijó una torre del telégrafo óptico que se comunicaba directamente con la de Burgos, ubicada en el castillo. Hoy no nos quedan restos.






El barrio de Villafría, célebre por su aduana interior y su aeropuerto, cuenta hoy con 931 habitantes, su cifra histórica récord. Su nombre no tiene relación con la meteorología, sino que pude derivar del nombre de su repoblador. No obstante, Madoz decía que tenía un clima frío, pero sano. Su iglesia parroquial se dedica a San Esteban y luce vistosos blasones, así como contrafuertes de cemento para reforzar sus muros. Pedro Gutiérrez disponía de un molino harinero en el pueblo.

Su aeropuerto nacional se aprobó en 1927. En agosto de 1940 apareció en Villafría uno de los globos barrera que utilizaban los ingleses para defender Londres de los ataques de la aviación alemana. En 1983 se inauguraba su aduana interior para facilitar los trámites de importación y exportación de mercancías; hoy alberga una terminal de contenedores o puerto seco de Adif, la antigua Renfe.


Iglesia de San Esteban de Villafría


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