Antes de que llegaran las fábricas al Polo de
Desarrollo de Villalonquéjar a mediados de los años sesenta del siglo XX, ya
existía el pueblo, cuyo nombre puede derivar de villa de Nuño César y con parroquia dedicada a Santa María
Magdalena. En la actualidad el barrio cuenta con 174 vecinos, un restaurante, y
respira bastante tranquilidad.
En el pasado, la principal actividad
económica de Villalón o Villalonquéjar era la
producción de queso fresco, del denominado de
Burgos, no en vano en 1973 se contaban hasta 17 personas dedicadas a la
elaboración de este tipo de queso, además de otras cinco en Castañares, cinco
más en Villagonzalo-Arenas y una en Villímar.
Precisamente, el barrio de Villagonzalo-Arenas se encuentra en la
otra punta del polígono, remontando el río Ubierna. Su iglesia está dedicada a
San Pedro de Antioquía y actualmente cuenta con tan solo 50 habitantes
(doblando el censo del año 2000, que era de 26). En esta pequeña localidad (no
confundir con el otro Villagonzalo-Pedernales) en julio de 1928 falleció su
alcalde, Indalecio del Río, al caerle un rayo durante una violenta tormenta;
según informa la prensa de la época, «tuvo la mala ocurrencia de cobijarse bajo
un sauce». Nos llama también la atención los restos de
un ajado y olvidado torreón que se debate entre la vida y la muerte bajo la
mirada torva de naves industriales.
Escudo nobiliario en Villalón
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