Esta
cantera, como tantas otras, se nutrió de mano de obra del bando perdedor de la
Guerra Civil, utilizándose sus áridos calizos para la obra pública en
carreteras, principalmente. Cuando no daba abasto la cantera del Risco de Quintanilla,
se utilizaba esta otra, que además se ubicaba junto a la vía férrea del directo
Burgos-Madrid por Aranda, que hoy languidece, pues solo cubre el trayecto
Aranda-Puerto seco de Villafría, con convoyes de mercancías.
La
cantera de Santa Centola, ubicada en el término de Avellanosa de Muñó, justo
junto al puente de trazado sinuoso que salva la vía férrea, conserva algunas maltrechas
construcciones de la época, tal vez barracones de los presos que debieron
trabajar de forma forzada para redimir su pena.
Hoy los conejos campan a sus anchas entre los matorrales y los restos del
molino de piedra, la vieja cantera se restauró, cubriéndola con escombros, y a
unos metros se instaló una moderna explotación de áridos, a la que se accede
desde la carretera de Quintanilla a Villafruela, no lejos de un ramal de la
Cañada Real Burgalesa, que atraviesa estas tierras boscosas, de encinas y
sabinas centenarias.
Junto
a un frente de cantera, encontramos una pequeña garita de hormigón, que bien
pudo servir de almacén de los explosivos necesarios para extraer la piedra
caliza, característica de la zona. Los mejores bloques irían para cantería: la
mayoría de las viviendas de Quintanilla, Fontioso, Avellanosa, Iglesiarrubia,
son de buena sillería, los yacimientos afloran en toda la comarca, por tanto la
extracción es relativamente sencilla, y el mayor trabajo es el desbastado de la
piedra, en Quintanilla de la Mata e Iglesiarrubia encontramos herramientas
propias de cantería en algunos dinteles de viviendas, una vieja tradición que -salvo para algunos románticos- hoy no tiene ya continuidad.
Santa
Centola es una santa muy poco conocida, y suele ir asociada a Santa Elena, pues
las reliquias de ambas mártires se custodiaban en el municipio burgalés de
Siero, junto a Valdelateja; el topónimo nos deja reminiscencias de un posible
santuario o ermita en esta zona. Su onomástica se celebra el día 2 de agosto;
al parecer se trasladaron sus restos mortales a la Catedral de Burgos en el año
de 1317, aunque las cabezas de las santas se quedaron en Siero, lugar de su
probable martirio en la época romana. Por su parte, Santa Elena es venerada no
lejos de aquí, en Revilla Cabriada.
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